Antoine Sartre muere atropellado en la estación de metro de Denfert Rochereau en París. La policía francesa concluye de forma apresurado que ha sido un suicidio. Lejos están de imaginar que este hecho luctuoso está relacionado de forma directa con la colisión del Alejandría y el Mesana en aguas del estrecho de Gibraltar unos meses atrás.
Jacinto Reyes, perito especializado en accidentes marítimos, cincuentón, bebedor, recién divorciado y un tanto escéptico con lo que le pueda deparar la vida, es enviado para tasar los desperfectos producidos en el Mesana. Lo que parecía a priori una investigación rutinaria se complica de manera espectacular por la aparición de una red mafiosa que intentará ocultar un secreto que atesora uno de los barcos implicados. Sin embargo no va ser éste su mayor reto porque en ese viaje, en el que regresa a la ciudad en la que pasó su juventud, tendrá que enfrentarse a una mujer a la que conoce demasiado bien, Alicia.
Es así, Antonio. Se publicarán cosas que quizá no valgan la pena, y quedarán afuera otras realmente interesantes. Como decís, depende de lo comercial, y del gusto de quien lo lea.
ResponderEliminarSigamos escribiendo entonces lo que queremos o necesitamos escribir. Tratemos de mejorar en el camino (¿nunca te pasó leer algo tuyo después de unos años, y decir: cómo pude escribir esto?), y mientras tanto luchemos por publicar. Eso no nos lo quita nadie.
Te recomiendo que te des una vuelta por el decálogo de Stephen Vizinczey, que linkeó Esther, de www.necesidadyazar.com.ar. Es excelente.
Un abrazo,
Alejandro.