Antoine Sartre muere atropellado en la estación de metro de Denfert Rochereau en París. La policía francesa concluye de forma apresurado que ha sido un suicidio. Lejos están de imaginar que este hecho luctuoso está relacionado de forma directa con la colisión del Alejandría y el Mesana en aguas del estrecho de Gibraltar unos meses atrás.

Jacinto Reyes, perito especializado en accidentes marítimos, cincuentón, bebedor, recién divorciado y un tanto escéptico con lo que le pueda deparar la vida, es enviado para tasar los desperfectos producidos en el Mesana. Lo que parecía a priori una investigación rutinaria se complica de manera espectacular por la aparición de una red mafiosa que intentará ocultar un secreto que atesora uno de los barcos implicados. Sin embargo no va ser éste su mayor reto porque en ese viaje, en el que regresa a la ciudad en la que pasó su juventud, tendrá que enfrentarse a una mujer a la que conoce demasiado bien, Alicia.

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domingo, 22 de noviembre de 2009

EL BARCO VARADO.

Hoy se cumplen veintiún días desde que envié la sinopsis y un capítulo de mi novela a la agencia de Sandra Bruna. Todavía no ha llegado contestación. Con cada hora que pasa me siento más y más cansado de esta espera, creo que no estoy preparado y el caso es que esta incertidumbre me impide avanzar en la escritura de mi segunda novela, así que es un tiempo doblemente perdido. Pienso que mi situación es parecida a la de un velero varado en alta mar por la ausencia de vientos. Imagino la desesperación del capitán y de la tripulación esperando que una brisa los empuje con suavidad hacia su destino. De esa forma espero las noticias de la agencia, confío en que cuando lleguen no sean como un vendaval que desarbole el velamen derribando el palo de mesana y dejándome durante unos días medio hundido y náufrago. Aunque si soy sincero, cualquier cosa antes que esta calma chicha.
Esta es la tercera entrada de este blog y no sé para quien escribo porque aún no tengo noticias de que haya un lector al otro lado. Se convierten estas reflexiones en un diario personal e íntimo, eso sí expuesto a la contemplación de todo el mundo, y al decir mundo soy consciente de lo que digo. Si algún curioso cae por aquí y quiere dejarme noticias suyas se lo agradecería.
Haciendo cábalas caí en la cuenta ayer de que mi novela en el mejor de los casos se publicaría(si es que se publica) no antes de 2011. Largo me lo fiais, pero es así. El mundo editorial se mueve tan lento que es capaz de desesperar a escritores que como yo, hemos estado tres largos años con paciencia de ermitaño esbozando un sueño. Ya que estos tiempos no se pueden aligerar tendré que barajar en serio la posibilidad de volverme inmortal para de esta forma llegar a ver a uno de mis retoños nacer.
Continuo otro día.

2 comentarios:

  1. Antonio, cómo estás?

    Sólo te puedo decir que hay que tener paciencia. Y no quedarse quieto mientras tanto. Por un lado continuar escribiendo, y por otro seguir buscando posibilidades de publicación: agencias, editoriales. ¿Para qué esperar la negativa de una (cosa que sucede más a menudo de lo que quisiéramos) con los brazos cruzados y comiéndonos las uñas, si podemos seguir luchando por nuestro trabajo?

    Un abrazo,
    Alejandro.

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  2. Gracias por tu comentario. Es el primero que tengo en el blog, asi que me ha hecho mucha ilusión. Estoy totalmente de acuerdo cuando afirmas que no hay que quedarse con los brazos cruzados, tanto es así que este domingo pasado he empezado un relato pequeño que espero colgar aquí en fechas próximas. Confío en que lo leas y me des tu opinión.

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