Antoine Sartre muere atropellado en la estación de metro de Denfert Rochereau en París. La policía francesa concluye de forma apresurado que ha sido un suicidio. Lejos están de imaginar que este hecho luctuoso está relacionado de forma directa con la colisión del Alejandría y el Mesana en aguas del estrecho de Gibraltar unos meses atrás.

Jacinto Reyes, perito especializado en accidentes marítimos, cincuentón, bebedor, recién divorciado y un tanto escéptico con lo que le pueda deparar la vida, es enviado para tasar los desperfectos producidos en el Mesana. Lo que parecía a priori una investigación rutinaria se complica de manera espectacular por la aparición de una red mafiosa que intentará ocultar un secreto que atesora uno de los barcos implicados. Sin embargo no va ser éste su mayor reto porque en ese viaje, en el que regresa a la ciudad en la que pasó su juventud, tendrá que enfrentarse a una mujer a la que conoce demasiado bien, Alicia.

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sábado, 19 de diciembre de 2009

El sueño

Esta noche, que es todas las noches, he tenido un sueño. Fue simple y a la vez intenso. En una calle que era como un laberinto vi a una mujer morena acompañada de su marido. Nos mirábamos con profundidad y deseo. Me pareció que la conocía aunque no estoy seguro. En una esquina se acercó y me besó con suavidad. Sentí el aliento de su boca como un viento que recorría mi piel desierta y su cara bronceada tan cerca, que sus ojos negros azulados eran tan sólidos como dos planetas de pizarra. Sentí también el calor de sus labios mordiendo mis orejas frías, nuestros deseos entrelazados, sus dedos largos urgando en mi pelo. En silencio me estremeció con su mirada incitándome a seguirla. Luego se apartó para marcharse con su amante que nos contemplaba como una figura de cera vestida con una gabardina y un sombrero. Hasta que desperté me mantuve embriagado de su presencia fantasmal.
Dentro de unas horas la espero de nuevo.

2 comentarios:

  1. Me encantó esta pequeña narración... Y en general, tu blog me ha parecido enternecedor y ameno. Ahora, hasta yo quiero saber si te responde Sandra Bruna.

    ¡Saludos!

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  2. Ojalá después de Navidad te lleguen buenas noticias y toda esta espera haya valido la pena. En cualquier caso, ya sabes: nunca hay que darse por vencido. Que sigas trabajando en tu segunda novela me parece genial.

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